El amor es para siempre, y un matrimonio también, o al menos así lo piensan todos aquellos que deciden casarse. El amor es eterno mientras dura, decía Ismael Serrano, y hasta que la rutina, la infidelidad o cualquier otro motivo acaben con él, el amor será la fuerza motriz de una pareja, lo que hará que disfruten de la compañía mutua en cada momento y que se entreguen a la pasión y a compartir toda la vida juntos. El amor, tal y como lo entendemos hoy en día, no va de completarse, sino de ayudarse a mejorar, de compartirlo todo y no necesitarse, pero querer estar juntos. Debería ser una decisión y no una extraña fuerza que atrae a dos personas. El amor está cambiando, y la manera de entenderlo también, porque cada cual tiene la suya.
No hablamos solo de orientaciones y gustos sexuales, sino también de las diferentes formas de entender la pareja… o la no pareja. Cuando uno siente amor por sí mismo y se quiere, cuando se declara como el propio amor de su vida, está en realidad optando por un concepto que cada vez es más habitual en todo el mundo: la sologamia. Después de la monogamia, que es estar con una sola persona, y la poligamia, que es compartir relación con muchas, la sologamia se presenta como una solución para aquellos que no quieren dejarse llevar por ese romanticismo de baratillo y verse obligados a encontrar una pareja solo porque la sociedad se lo ordena. Se casan con ellos mismos y se prometen ser fieles y disfrutarse.
Motivos para practicar la Sologamia
Cada cual es dueño de su vida, de sus sentimientos y de lo que desee hacer con ellos y con su propio amor. Encontrar a una persona con la que puedas compartir todo eso es una maravilla, pero hay veces en la vida en la que eso no resulta ni mucho menos sencillo. Es estadísticamente imposible que todas las parejas que se casen se amen de verdad y sean lo suficientemente maduros como para llevar adelante una relación con todo lo que eso conlleva. Los datos de las separaciones y divorcios, cada vez más populares, dan buena cuenta de la situación que padecemos. Por eso, lo de casarse con uno mismo ya no suena tan descabellado. Vamos a ser nosotros los que tengamos que tomar las decisiones importantes, los que vamos a tener que levantarnos cuando algo vaya mal, los que nos quitaremos de encima los miedos y los malos momentos, así que nada mejor que casarnos con la única persona que siempre estará ahí.
La sologamia es vista por muchos como una especie de rareza, y algunos incluso piensan que es un desesperado intento de muchos y muchas por dignificar su situación de soledad, que creen elegida, pero que es impuesta. Evidentemente habrá casos y casos, pero es cierto que la sologamia supone un compromiso absoluto con nosotros mismos, para respetarnos y amarnos por encima de todo lo demás, algo que desde luego es muy necesario, a la vista de todo lo que está ocurriendo hoy en día. Cuando uno adquiere ese compromiso consigo mismo sabe que debe cumplirlo porque será lo mejor para su vida, para su futuro. Por eso la sologamia sigue ganando adeptos en todo el mundo.
¿La sologamia es legal?
Al ser una ceremonia siempre civil y tener simplemente un motivo alegórico, la sologamia no es legal. De hecho, es un contrato más especulativo que otra cosa, ya que solo hay una parte en el mismo, la persona que se casa consigo misma. Es una manera de celebrar la soltería y de entender que no va a haber nadie por encima de nosotros mismos jamás. Por eso la sologamia se está volviendo cada vez más popular en lugares como Japón, Corea del Sur o Italia, así como Canadá o Estados unidos, donde ya tiene mucha raigambre. La validez legal de este tipo de ceremonias, como decimos, es inexistente, pero siempre podemos firmar un contrato con nosotros mismos, como muestra del compromiso que estamos adquiriendo.
¿En qué países se practica?
Tal vez el concepto de sologamia te suene todavía muy raro y extraño, pero desde luego no es algo tan complicado de entender y en muchos países se llevan celebrando enlaces civiles de este tipo desde hace muchos años. Seguramente fue Estados Unidos la cuna de esta moda, ya que allí el número de personas solteras, ya sean separadas o simplemente decididas a no tener pareja, ha crecido mucho en las últimas décadas. Algunas empresas vieron que había un gran filón en este tipo de ceremonias, ya que además de casar a las parejas ahora también podrían casar a las personas sológamas. Y en un país donde todo se convierte en negocio, no hubo mucho que insistir para que la sologamia empezara a llamar la atención.
De hecho, en un capítulo de la famosa serie Sexo en Nueva York, su protagonista, la periodista Carrie Bradshaw, ya comenta que está pensando en casarse consigo misma y celebrar su soltería. Seguramente aquello también haría mucho por exponer el tema en otros países, como Canadá, donde cada año se celebran miles de estos enlaces, o incluso Japón, uno de los países donde esta “moda” más está creciendo. En Europa, con una tradición católica mucho más impuesta, este tipo de bodas todavía no son tan comunes, pero por fortuna cada vez son más los que eligen casarse consigo mismos sin tener reparos en mostrar su amor propio a todo el mundo. En Holanda, Bélgica, Reino Unido, Italia e incluso España, cada vez hay más bodas sológamas.
¿Hay posibilidad de divorcio?
Como decíamos arriba, este tipo de enlaces carecen de legalidad auténtica, así que un divorcio no tendría mucho sentido. Es cierto que habrá personas sológamas que, con el tiempo, han encontrado a alguien que sí que las complementa, y han decidido iniciar una relación formal con esa persona, llegando incluso a casarse con ella. Debido a su “matrimonio” anterior, seguramente esas personas deban celebrar también al menos un acto en el que se divorcien de sí mismas para dar paso al amor conyugal, aunque no tiene por qué ser así. Cuando un sológamo se casa consigo mismo está dando a entender que va a cuidarse y respetarse, y eso no debe acabar porque estemos con pareja o sin ella. Esa es la clave del amor propio, el que nos llevará a conocer a los otros amores posibles.
