Prácticas tabúes que sí puedes realizar con una acompañante

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Aunque las cosas están cambiando poco a poco y cada vez son más las personas que logran escapar de los tabúes sexuales, muchas prácticas siguen siendo hoy en día vistas como algo obsceno, sucio y casi prohibido. Es lo que ocurre cuando un tema tan importante como el sexo se desnaturaliza durante tanto tiempo, convirtiéndolo en un tabú. La manera en la que la sociedad enfrenta el tema de la sexualidad todavía no es sana. Ni siquiera en tiempos de mayor libertad sexual nos escapamos de mirar con malos aojos a los que confiesan haber probado tal o cual práctica, no tan corriente. Algunos todavía incluso los tachan de pervertidos, sumidos en una burbuja que les impide encontrar el verdadero significado del placer sexual: no ponerse barreras mientras haya consentimiento por ambas partes. De ahí que muchas prácticas todavía se consideren mal vistas, incluso por personas que son abiertas de mente en lo sexual.

Las reticencias a llevar a cabo ciertas prácticas sexuales pueden tener muchos motivos, desde un temor real a dañarnos hasta ese tabú que se ha instalado en nuestra mente siendo nosotros muy jóvenes, y que no logramos despejar por más que lo intentemos. Es como si todos tuviéramos un límite a la hora de disfrutar del sexo, algo donde decimos “basta” y ponemos nuestra raya que no se puede traspasar por nada del mundo. Y es que está claro que no todas las prácticas son iguales, y algunas tienen un punto mayor de intensidad que otras, algo que puede llegar incluso a asustarnos. Sin embargo, el placer bien entendido, el que dos personas consienten compartir, nunca debe ser visto como algo malo ni prohibido. Hay personas que, de hecho, siempre están buscando llegar más allá, desarmar esos tabúes y explorar nuevas formas de satisfacción. El problema es que no siempre encuentran a parejas dispuestas a entregarse de la misma manera, por lo que tienen que buscar alguna alternativa. Lo más usual es que esas personas terminen disfrutando con profesionales del sexo que sí que estén dispuestos a probar esas prácticas.

Bondage y sadomasoquismo

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Es una de las peticiones especiales más habituales a las escorts profesionales. Algunos clientes ya han tenido pequeños incursiones en el mundo del BDSM, pero de manera muy liviana. La mayoría de parejas no tienen ni el conocimiento ni el interés en probar este tipo de prácticas, por lo que aquellos hombres que sí que quieren disfrutar de ellas deben acudir a profesionales. De hecho, hay escorts especializadas en sexo extremo, que llevan a cabo servicios de dominación y humillación. Son escorts que cuentan con una gran experiencia y han logrado canalizar todo lo aprendido en este tipo de prácticas, para que el chico que las pida pueda disfrutarlas al máximo. No vamos a decir que les hacen sentir cómodos, porque a veces se trata de todo lo contrario precisamente, pero sí que les dan lo que ellos necesitan.

Las prácticas de bondage y sadomasoquinismo engloban a todos aquellos servicios sexuales que tienen que ver con la sumisión, la dominación y el dolor como puente hacia el placer. Es algo que está en los límites de lo que una persona podría permitir, porque al fin y al cabo estamos dañando a otras, o permitiendo que nos dañen. Pero hay gente que solo encuentra verdadera satisfacción  y excitación en ese tipo de servicios, que además pueden ser de una intensidad variable. Es decir, no hace falta acabar con cortes o heridas ni mucho menos. Tal vez unos pocos azotes en el trasero, o alguna que otra bofetada en la cara, en un momento climático, sea suficiente. Esto lo decidirá el cliente, por supuesto, por lo que la chica debe estar preparada para atender sus peticiones de la mejor forma posible. Y al ser profesionales, están mucho más habituadas a realizar este tipo de servicios que cualquier otra chica que no lo sea.

Tríos sexuales

Si bien los tríos son vistos cada vez más como algo normal, lo cierto es que para muchos todavía se considera un tabú. Y es que tenemos metida la idea en la cabeza de que debemos estar solo con una persona, tanto sexual como sentimentalmente hablando. Una relación sexual en la que intervengan tres personas, da igual si son dos chicos y una chica o viceversa, todavía es algo novedoso, curioso, no tan habitual. Las acompañantes lo saben, y por eso o frecen estos servicios a las parejas, para tener una experiencia excitante de verdad que tal vez no estaban seguros de disfrutar con personas ajenas. Con una escort al menos sabes que la cosa irá bien porque tiene experiencia y sabe canalizar todo ese morbo que hay de por medio. Incluso hay acompañantes que ofrecen lo que se conoce como dúplex, un servicio en el que ella y una compañera nos complacen de manera sensual y excitante, realizando un trío con el cliente.

Prácticas lésbicas

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Cuando hablamos del sexo profesional y nos referimos a los clientes siempre se nos viene a la cabeza la imagen de un hombre. Y es que ellos son el principal público que consume este tipo de servicios, pero no el único. Las chicas también contratan servicios sexuales, tanto de hombres como de mujeres. Y es que hay chicas que, tal vez por curiosidad, por probar algo diferente o sencillamente, porque disfrutan de la sexualidad femenina, acuden a estas profesionales para disfrutar de ciertas prácticas que tal vez no pueden gozar en su vida cotidiana. Desde lesbianas que no tienen pareja hasta chicas heterosexuales o bisexuales que tienen novio y quieren probar algo distinto, el público que pide estos servicios es amplio.

Las prácticas lésbicas suelen ser realizadas por escort bisexuales, o incluso heterocuriosas. Aunque hay chicas profesionales que solo se dedican a satisfacer a otras mujeres, la mayoría no se restringe en ese sentido porque hay mucho público masculino que se les escaparía. Por eso, las mujeres que ofrecen prácticas lésbicas son las mismas que ofrecen servicios habituales a los hombres. Sin embargo, muchas escorts reconocen que disfrutan mucho más de este tipo de servicios con mujeres que de los habituales con los clientes masculinos. Las clientas suelen ser más amables, más sensibles y emocionales, y se alcanza un tipo de conexión que es más complicada con los amantes masculinos.

Beso negro

A estas alturas suponemos que ya sabrás lo que es un beso negro, pero por si andas despistado, te diremos que se trata de un tipo de sexo oral que se lleva a cabo sobre el ano. Podemos disfrutar de él tanto si somos chicos como si somos chicas, y recibirlo de manos (o de boca, más bien) de un amante masculino o femenino. Es una práctica que a muchos les echa para atrás por el hecho de llevarse a cabo en un orificio que no es el habitual, más para los hombres, sean gais o no. Sin embargo, el tabú del ano es algo relativamente moderno, y desde la antigüedad, el beso negro ha sido una de las formas más especiales de dar placer a la otra persona. Eso sí, más nos vale ir bien limpitos para poder realizarlo, porque de lo contrario el tabú puede pasar a ser un auténtico trauma…