Sexting, el arte de excitar a tu pareja a distancia

Estás en el trabajo, o volviendo de clases. Te aburres y coges el móvil. Tu chico acaba de ponerte algo muy gracioso, y tú decides seguirle la corriente, calentándolo para que cuando llegues a casa esté a punto de caramelo para lanzarse encima de ti y hacértelo de la manera más salvaje. O simplemente estás fuera, de viaje, y él se ha quedado en casa echándote de menos. ¿Por qué no tener una buena conversación subida de tono a base de mensajes excitantes y puede que alguna que otra imagen? A eso se le llama sexting, y es una práctica cada vez más popular.

Los teléfonos móviles nos han abierto una grandísima ventana para poder contactar con los demás en cualquier momento, en cualquier lugar y a través de un medio eficaz que manda mensajes de texto, pero también de voz e imágenes. Antes, muchos realizaban esta misma práctica con el teléfono, porque era lo que tenían, y se ponían cachondos hablando a través de la línea. Sin embargo, ahora es mucho más sencillo, utilizando las apps de mensajería instantánea para llegar más lejos con nuestra pareja y conseguir que se ponga realmente cachondo con solo mensajes. Es todo un arte, y como tal, hay que perfeccionarlo.

Por qué es bueno practicarlo en una relación

Algunas personas se sienten más cómodas hablando de esta manera de ciertos temas que haciéndolo cara a cara. Ya sea por vergüenza o por cualquier otro motivo, prefieren mandar mensajes calientes y morbosos para empezar a calentar a sus parejas, porque si lo tienen que hacer cara a cara pueden quedarse en blanco. Es una buena práctica para romper tabúes, para dejar atrás cualquier barrera que pueda influirnos a la hora de frenar nuestra pasión y nuestro placer. Es una fórmula diferente de encandilar a nuestra pareja, que además nos ayudará a batallar contra la típica rutina. Una forma eficaz y sencilla de retomar la pasión y el placer.  

La mayoría de parejas lo han practicado alguna vez

El sexting se ha convertido en una práctica bastante común en los últimos tiempos, y es que la gran mayoría de las parejas lo han llegado a practicar alguna vez. De hecho, son muchos los que lo utilizan casi a diario, o al menos semanalmente, para iniciar la mecha de la pasión con sus parejas. Hay otras parejas que dan mucha más importancia a este tema, porque están separadas por muchos kilómetros y se echan más de menos, al no poder desfogarse juntos. El sexting ha ayudado también mucho a esas parejas en la distancia, porque ofrece una alternativa realmente interesante para que se dejen llevar por la pasión y el morbo, utilizando el teléfono móvil como herramienta de contacto.

Cómo hacer tus fotos y vídeos más picantes

A la hora de llevar a cabo esta práctica, los mensajes sugerentes de texto son muy ardientes, y la manera más habitual de hacer sexting junto a los audios. Pero también podemos grabar vídeos cortos, o sacarnos fotos picantes, para elevar el deseo en nuestra pareja, al otro lado de la pantalla. Especialmente si estamos lejos, tener una imagen de la otra persona puede dar rienda suelta a nuestra imaginación, sobre todo si son imágenes calientes y morbosas. ¿Cómo conseguir que lo sean? Es bastante sencillo, bastará con tirar de sensualidad.

Las fotos pueden ser más o menos “comprometedoras” o sensuales. Podemos ponernos en ropa provocativa, en ropa interior o directamente desnudarnos. Con los videos podemos hacer lo mismo, pero debemos saber jugar con el morbo y no mostrarlo todo desde el primer momento, para que el deseo vaya creciendo poco a poco y sea mucho  más divertido e interesante. Eso sí, si lo estamos haciendo con otra persona a la que no conocemos tanto, lo mejor es no mostrar nuestro rostro o detalles demasiado reveladores, porque como veremos ahora, nunca se sabe lo que puede pasar con esas fotografías y esos vídeos.

El riesgo de practicar sexting

El sexting puede ser una forma fantástica de despertar nuestra libido y hacer que la otra persona también nos desee incluso más. Dentro de la pareja es algo habitual, pero hemos de tener mucho cuidado si lo hacemos con desconocidos o con personas a las que apenas conocemos. Y es que tal vez esa persona solo esté tratando de conseguir nuestras fotos y nuestros vídeos morbosos para luego mostrarlos a todo el mundo. Es algo muy delicado que debemos considerar, incluso cuando pensemos que esa persona es de confianza y que nunca jamás haría algo así, porque nunca se sabe.

El sexting es una actividad para adultos, así que si tienes menos de 18 años, por nada del mundo mandes fotografías a nadie, ni siquiera a ese novio que te quiere tanto. Es también algo arriesgado porque nunca sabes qué hará esa persona con la imagen que le has mandado, así que tienes que asumir ciertos riesgos. Lo mejor es hacerlo con una pareja en la que confíes de verdad, y pedirle que después de la sesión de sexting borre las fotos y los vídeos, por si acaso.